No es necesario ser un académico
para conocerla, ni siquiera se necesita ser un activista de la literatura o de
la cuestión de género para estar al tanto, ni saber que vive y trabaja en New
York y que suele visitar Buenos Aires para cuestiones como dar la conferencia
inaugural del Filba. Cualquiera que esté más o menos despierto sabe de Sylvia
Molloy es una especie de traficante que va y viene del ensayo a la ficción, de
la construcción de las mentiras de novela con ladrillos de la más contemporánea
verdad, al estudio de las palabras como caballos de Troya que abren universos
de sentido o confirman la disciplina pretoriana de los malos entendidos, de los
sobre entendidos. Nosotros, que somos Carne, no somos ni lo uno ni lo otro, ni
lo otro. No somos académicos, ni estamos fascinados por la idea del linyera que
merodea las calles allende la universidad, ni somos estudiosos de la lengua, ni
activistas del género humano. Nosotros somos la Carne pretenciosa. Y estamos
casi siempre a la pesca. A veces nos va muy bien, como cuando lanzamos el
anzuelo intrépido y la caña se tensó con el pez gordísimo de Desarticulaciones,
un librito delgado que nos sacudió y nos alimentó en grande. A veces la pegamos
y nos metemos en el furgón de cola medio de prepo, como ahora, que un pajaritos
nos contó que se venía a la reina del Plata para el Filba y la enganchamos con
nuestro anzuelo pobre y estamos más que orgullosos y felices de concretar este
viejo deseo de sentarla en nuestro sillón, a deleitarnos con lo suyo, a darle
nuestras orejas y las de nuestro querido público de vaquillonas ardientes, este
viejísimo anhelo de tener en nuestro querido ciclo nada menos que a Sylvia
Molloy para la Colección Primavera, el jueves 26 de septiembre a las 21 en el
bar de FM La Tribu. ¡Venid a nosotros, venid!
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