28.7.11

Esta noche... ¡todos a la tribu!!!

Ciclo Carne Argentina presenta
"Carne de Chancho"
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ENRIQUE RAAB
por María Moreno
CARLOS CORREAS
por Ioshua, Emiliano Jelicié & Pablo Klappenbach
NÉSTOR PERLONGHER
por Osvaldo Baigorria & María Inés Aldaburu
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Videos de Rusi Millán Pastori
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Jueves 28 de julio, 21 hs.
Bar de La Tribu (Lambaré 873)
Entrada gratis

22.7.11

Hay cadáveres: Néstor Perlongher

¿Qué supone la prueba del delito, la obra como cadáver? ¿Lo que hubo, lo que queda, lo que se pudre, lo que es imposible de apropiar, la herencia? ¿Cómo se trae a Perlongher en medio de tanta evocación? De todos los nombres que propusimos para la noche de Carne de Chancho, noche de putos pasados a degüello, Perlongher era el que evitamos hasta último momento. Evocar al más evocado, seguir soplando para que flamee la bandera de un sentido que se achata a medida que lo forzamos. Todo parece terminar en un comme il faut, un remedo, como uno de esos espantosos jeans nevados, de lo que es preciso mencionar para quedar del lado correcto, agarraditos a la baranda de lo esperable, ¿otra vez Perlongher?
Pero, ¿cómo no traer a Néstor Perlongher?
Renovar la catedral misteriosa que sigue provocando, la diatriba constante en amorosa trinchera, sólo él y su cuerpo pequeño persiguiendo una desobediencia que hoy mismo, en la bulla de la normalización de identidad de género, sigue provocando, sigue recordando que la insolencia se paga con el desprecio, con el asco.
Evocar la identidad de uno tan grande para quien la identidad era nomás un coágulo, un accidente a disolver en la obligada geografía cultural. Uno para quien la deriva era el modo de deambular la existencia, como el miché de lomo más atormentador que hace poner en el deseo inclaudicable la proa angustiosa, vital.
Tal vez, todavía no se tenga dimensión real del aporte político, estético y ético de este poeta, ensayista, sociólogo y antropólogo único. Por suerte quedan sus textos y quedan testigos directos para retornarlo activista: Carne Argentina invita a dos de sus amigos, que por suerte compartimos,: María Inés Aldaburu y Osvaldo Baigorria, a la noche del jueves 28 de julio, para adentrarnos en el misterio fértil y tan concentradamente argentino del inventor del neobarroso.

20.7.11

Crónica ejemplar: Enrique Raab

La notable (¡!) experiencia de ver en teatro a Mirtha Legrand, el cruel escarnio a Borges por su gorilismo, la revolución de los claveles en Portugal, Mar del Plata como una viñeta del frenesí de la soledad de los argentinos, todo, todo es materia cronificable para este vienés, nacido en febrero de 1932 y radicado con su familia en Buenos Aires a los pocos años, ante la inminencia de una Europa estragada por el nazismo. Enrique Raab es quizá el referente mayor de un periodismo que no necesitaba del subrayado bajalínea y concientizante que hoy impera en los medios. La estrategia de Raab era ponerse ahí, a mirar con curiosidad y con una deslumbrante inteligencia que le permitía confiar en la materialidad de la palabra sin recurrir a la construcción de bloques de concreto ideológico. Quien lea sus crónicas de octubre de 1973 publicadas en La opinión, sobre la Plaza de mayo, podrá encontrar ahí, en esa visión panorámica y pretendidamente despojada de las manifestaciones de entonces, una radiografía extraordinaria de ese tiempo político, de la vanidad facciosa, de la más pura inocencia y la manipulación del horror vigilante y creciente, del imparable motor que suponía el erotismo para la lucha armada (coger no sólo era probable entonces, también era una de las promesas que podían materializarse conforme la revolución bajara de su estatus ideal, utópico). O, a la luz del presente, podría leerse también una especie de déjà vu precarizado sobre lo que quedó tras el arrasamiento.
Amante del cine, del teatro, de la música, de la literatura, la búsqueda de la elegancia y la belleza también tenía a Raab como un jugado militante del PRT y en los 10 años que van desde 1965 al 75 escribió en los medios más importantes un cuerpo de crónicas inigualables en estilo y en potencialidad transformadora. Estás muerto, judío, rusito, comunista, son las amenazas con que la Triple A comenzó la crónica de un asesinato anunciado: el 16 de abril de 1977, un grupo de tareas ametralló la puerta del departamento en el que Raab vivía con su hombre y se llevó a los dos heridos: al novio por una semana; Raab, en tanto, es uno de los 100 periodistas torturados, asesinados y desaparecidos por la dictadura. Quien quiera asomarse a la maravilla de sus escritos puede revisar en Mercado Libre (la más desalmada paradoja parece ser lo único que quedó para nosotros) y buscar “Crónicas ejemplares, diez años de periodismo antes del horror” el excelente libro en el que Ana Basualdo recoge las mejores crónicas de este periodista extraordinario. Carne Argentina se enorgullece en traer a Enrique Raab a su Carne de Chancho, una fecha de homenaje a figuras entrañables, de enorme valor y descomunal coraje.

17.7.11

Carlos Correas: "Yo era un puto frenético"

En algún momento la homosexualidad fue vivida orgullosamente como una forma de transgresión, una provocación a la moralidad burguesa y la institución familiar. En algún momento, los gays (que a sí mismos no se llamaban así) formaban en la ciudad una tribu semioculta. Tenían, claro, sus lugares para el levante o la cojida: el bar La Academia, el cine Eclair (actual Lorca), el paraíso y los baños del Teatro Avenida, los hotelitos de Avenida de Mayo, el parque de Retiro. Uno de estos yiros es la anécdota de “La narración de la historia” de Carlos Correas, publicado en la revista Centro en diciembre de 1959. Por este relato, Correas fue condenado a seis meses en libertad condicional por “publicación obscena”. Mientras intentaba terminar la carrera de Filosofía y Letras, escribió cuentos como “El revólver” y “La Caja”, colaboró en la revista Contorno aunque admiraba a los escritores de Sur y andaba en yunta con Juan José Sebreli y Oscar Massotta. “[En esa época] Yo era un puto frenético. No un puto frenético en el sentido, digamos, de desenfreno sexual, sino de desenfreno homosexual. De llevar la homosexualidad hasta los mayores extremos. Yo, por ejemplo, como homosexual me he prostituido” (Entrevista con El Ojo Mocho, 1996). Por esos años Correas simpatizaba más con la figura de Eva Perón que con el peronismo, hasta que Sartre y el existencialismo se transformaron en su referente político, intelectual y hasta sexual. En los 60, decide cortar las relaciones homosexuales porque lo horrorizaba “ser un puto de cincuenta o sesenta años”. Durante la dictadura escribe la novela Los reportajes de Félix Chaneton en torno a un personaje que vive la bisexualidad de manera vergonzante y culposa. En los 90, mientras ejerce como docente universitario, publica el ensayo Operación Masotta donde analiza de forma despiadada la figura pública de su ex amigo y las modas intelectuales de su generación; y una crítica sobre la obra arltiana inspirada en los libros de Sartre sobre Genet y Flaubert. Carlos Correas nació en Buenos Aires en 1931. Según declaró, se crió en el barrio de Palermo con una madre antisemita y un padre antifranquista y anticlerical. En el 2000 se cortó las venas y se lanzó del noveno piso en donde vivía. Sus textos fueron reeditados en diversas oportunidades, aunque de algún modo Carlos sigue siendo un tapado. “Un desintegrado”, como le gustaba decir. El jueves 28 de julio hacemos un rescate especial, una noche a la que bautizamos CARNE DE CHANCHO, y a la que Carlos, tan impuro como le gustaba verse, es invitado de honor.

7.7.11

Carne de chancho

El jueves 28 de julio coma carne de chancho
(noche impura de Carne Argentina)
Los esperamos a las 21 hs. en el Bar de La Tribu